MÚSICA SACRA
La fuerza del lenguaje de la Música
La música empieza a hablar cuando las palabras ya no tienen nada que decir. No se impone. Se presenta ante nosotros y remueve nuestros resortes más íntimos. Pone en juego nuestros resortes afectivos y nuestra imaginación y logra hacer de todo nuestro ser una sinfonía única.
Como se ha dicho por algunos grandes genios de la música, «es el lenguaje de Dios» que respeta nuestra libertad y confía en que pongamos en juego los dones que Él nos ha regalado.
La música tiene capacidades altísimas de expresar las riquezas de toda cultura. No sólo esto: sino que por su naturaleza puede hacer resonar armonías interiores, despierta intensas y profundas emociones, ejerce un poderoso influjo con su encanto.
Tanto si exalta la palabra del hombre como si da forma melódica a la Palabra que Dios ha revelado a los hombres, como si se expande sin texto, la música, como voz del corazón, suscita ideales de belleza, la aspiración a una perfecta armonía que no turban pasiones humanas y el sueño de una comunión universal.
A todos los niveles de la persona, es la mejor embajadora de los sentimientos profundos y duraderos, los que permanecen y configuran la existencia. Y permite que nuestra inteligencia limitada vuele más allá de nuestra capacidad intelectual.
Los Papas han expresado de diversa manera su enseñanza acerca del papel de la música y su relevancia para la vida humana y cristiana. [+info]
“La época del Barroco había vuelto a encontrar una asombrosa unidad entre la música profana y la música de las celebraciones litúrgicas, y había tratado de poner al servicio de la gloria de Dios toda la fuerza luminosa de la música. En la Iglesia podemos escuchar a Bach o a Mozart, y en ambos casos percibimos, de manera sorprendente, lo que significa gloria Dei, la Gloria de Dios. Nos encontramos frente al misterio de la belleza infinita que nos hace experimentar la presencia de Dios de una manera mucho más viva y verdadera de lo que podrían hacernos sentir muchas homilías. ”
Cf. Joseph Ratzinger, Revista Humanitas. Santiago de Chile.
CELEBRACIONES LITÚRGICAS
La Liturgia es la celebración de los misterios del Amor de Dios que se pone al alcance de quienes se acercan a ellos.
La Música Sacra está compuesta en un lenguaje que resuena en todos los registros del ser humano y hace presente lo infinito en nuestra finitud.
En la liturgia, acompaña en la plegaria, facilitándola sin interrumpirla.
Quiere “traducir” al lenguaje musical el amor humano y el Amor Divino, la Belleza del Creador y de la Creación, el Amor de Dios encarnado en Jesucristo, la fuerza de la acción del Espíritu.
Un niño aprende a hablar a partir de la imitación musical de las formas melódicas que oye. La función cognitiva de la música es muy relevante en el ser humano. San Isidoro de Sevilla (+ 936) afirma que tan vergonzoso es no saber cantar como no saber leer.
La música no se puede ver ni palpar, como sucede con todas las cosas importantes. Se podría decir que la música es la más elevada vía de revelación que ha sido dada al ser humano. Trasciende la inmediatez y eleva por encima de lo incomprensible. La música comunica palabras, ideas, emociones y sentimientos; puede hacer accesible lo más profundo del corazón humano.
La música sacra que acompaña las celebraciones litúrgicas es una “autopista” para el encuentro con la Luz de Dios. No es un añadido externo que solemniza la celebración, sino una parte integrante de ella. Liturgia y Música siempre han ido de la mano.
La Música es un lenguaje para hablar con Dios y un lenguaje con el que Dios nos habla suavemente y con claridad.
EL ÓRGANO DE LA BASÍLICA Y EL DE LA CRIPTA
Hablar del órgano de la Basílica Pontificia de San Miguel es presentar dos joyas artísticas de elevado valor: por una parte, su rica calidad sonora; por otra, la caja bellamente tallada, contemporánea de la construcción de la iglesia. También porque es hablar del opus n. 1 del prestigioso organero Gerhard Grenzing.
Se conserva la caja original del Órgano de 1746, que es parte integrante de la decoración de la iglesia: el órgano surge del muro ensamblándose al resto de la arquitectura a través de la doble moldura continua de la cornisa que recorre el perímetro de la iglesia. Decorativamente, el medallón del presbiterio guarda una perfecta simetría con el correspondiente original del remate superior del órgano.
En el Archivo diocesano de la Catedral de Toledo hemos localizado recientemente los documentos que identifican al organero que construyó el órgano de la actual Basílica Pontificia de San Miguel, cuando aún era parroquia de San Justo: se trata de José Verdalonga Romero.
La desaparición definitiva del órgano barroco y el cambio estructural y estético de la caja se debió llevar a cabo hacia 1908. En el año 1954 aparece documentado un cambio de motor y, a los pocos años, el mal estado del instrumento.
A partir finales de 1959, se transforma también el Órgano de la mano de los organeros franceses, los hermanos Maurice y Robert Gouaut.
En 1971 se proyecta convertir el instrumento en un nuevo órgano de características barrocas, similares a la arquitectura de la iglesia, respetando y aprovechando sus orígenes en la medida de lo posible. Con el asesoramiento de la Catedrática de Órgano del Conservatorio Superior de Música de Barcelona, Montserrat Torrent, se elige al organero alemán, Gerhard Grenzing para la realización del proyecto, que finaliza en 1975. El nuevo órgano es una vuelta, técnica y sonora, al órgano barroco centroeuropeo. En 2005 se limpian caja y tubería, incorporando el sistema digital de combinaciones libres. [+info]
Bajo el templo monumental se encuentra la Cripta de la Basílica Pontificia de San Miguel, restaurada y reformada en los años sesenta del siglo XX, que también posee un órgano.
Se trata de un pequeño instrumento construido por Gerhard Grenzing en 1978, acústicamente ideal para las dimensiones de la Cripta.
Es el instrumento ideal para la interpretación de música antigua y, aunque menos frecuentes que en el gran órgano de la Basílica, la Cripta también ha sido escenario de conciertos de órgano.[+info]
Desde 1975 este órgano ha sido elegido en diversas ocasiones como sede de Congresos de Organería, nacionales e internacionales y, hasta la construcción del órgano del Auditorio Nacional de Madrid, el órgano de la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid ha sido en la práctica el órgano de conciertos más importante de la capital.
Además de los organistas titulares de la Basílica Pontificia de San Miguel, han ofrecido conciertos en el Gran Órgano (orden alfabético): Alexander Fiseisky (Moscú), André Isoir (París), Andrés Cea (Sevilla), Andrey Bardin (Krasnoyarsk), Arvid Gast (Lübeck), Daniel Oyarzábal (Madrid), Gustav Leonhardt (Países Bajos), Jörg-Hannes Hahn (Stuttgart), José Enrique Ayarra (Sevilla), José Rada (España), Juan de la Rubia (Barcelona), Lucie Žáková (República Checa), María Teresa Martínez Carbonell (España), Marina Omélchenko (Moscú), Michael Radulescu (Viena), Miguel del Barco (Madrid), Montserrat Torrent (Barcelona), Olivier Latry (París), Roberto Fresco (Madrid), Ton Koopman (La Haya).
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Como organista concertista ha actuado en las principales salas españolas y europeas, participando en numerosos festivales de órgano nacionales e internacionales. Su enorme actividad concertística en Rusia le ha llevado a las salas más importantes del país, convirtiéndose en el primer organista español en tocar como solista absoluto en la Filarmónica de Moscú, así como en el Teatro Bolshoi.
Su repertorio cuenta con siete siglos de literatura para órgano, desde las más antiguas manifestaciones de música para este instrumento que existen (Codice Robertsbridge, ca. 1330–1360) hasta la música contemporánea.
Asimismo en su repertorio cuenta con grandes ciclos, tales como la interpretación de todos los conciertos de órgano de G. F. Händel (Moscú, 2018-19 y 2022 dirigidos por Y. Bashmet), todas las sonatas de iglesia de W. A. Mozart (Moscú, 2021), la integral de obras para órgano de G. Ligeti (Moscú, 2021), todos los conciertos de órgano de A. Vivaldi (Volgogrado, 2024) y todos los preludios corales de J. S. Bach en paralelo a todas sus cantatas (Moscú, desde 2017).
Es organista colaborador de la Orquesta de Cámara «Villa de Madrid». De 2010 a 2012 fue miembro del Consejo Escolar del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Como organista litúrgico trabajo con la Orquesta y Coro JMJ. Como experto en Liturgia ha diseñado los guiones musicales y compuesto música para algunos de los eventos religiosos más importantes de España.
Además del órgano, también curso estudios de composición, musicología, dirección de orquesta y pedagogía en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú. En el campo de la composición ha recibido clases magistrales de maestros como Anthony Plog (EE.UU.) o Alexander Tchaikovsky (Rusia). Sus obras se han interpretado en numerosas ocasiones en festivales internacionales de música contemporánea.
En el campo de la musicología son destacables sus investigaciones y transcripciones en los programas de conciertos “La familia Bach”, donde rescata la música para órgano de dieciséis miembros de la dinastía Bach, y “Música de la mar océana”, donde rescata la música para órgano de todos los territorios que en algún momento formaron parte de España.
Desde 2017 es miembro permanente del jurado del Concurso Internacional de Órgano de Moscu V. Odoyevski.
Actualmente es el organista titular de la Basílica Pontificia de San Miguel y director musical del Ciclo Internacional de Órgano de la Basílica, puestos que compagina con los de artista residente de la Catedral Luterana de Moscú y profesor invitado en la cátedra de órgano de la prestigiosa Academia Estatal Gnessin de Moscú.
Daniel Martín Salvador
[Organista titular desde 2018 (de iure, el 29-IX-2020)]
Organista concertista. Profesor superior de órgano por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Realizó sus estudios de órgano con Miguel del Barco, recibiendo clases magistrales de maestros como Luigi Tagliavini, Pierre Farago o Montserrat Torrent.
Organistas titulares (1960 hasta 2018)
Desde que hay registro disponible, los organistas titulares de la Basílica Pontificia de San Miguel han sido:
Luis Lozano Virumbrales.
Organista, musicólogo y director de los grupos de música antigua “Alfonso X, el Sabio” y “Voces Huelgas”, ocupa el puesto de organista desde 1972 hasta 2018.
Joaquín Pildaín.
Organista, compositor y profesor del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, ocupa el puesto de organista desde 1963 hasta 1970.
Organistas auxiliares actuales
Francisco Javier Tortajada Martínez
Organista litúrgico. Cursó estudios de piano en Cuenca. Ha tomado lecciones de órgano del profesor Daniel Martín Salvador (organista titular de la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid), y de Carlos Arturo Guerra y Lucie Žáková (organistas de la Catedral de Cuenca).
Ha recibido clases magistrales de maestros como Jürgen Essl, Bruno Forst y Lorenzo Ghielmi.
Actualmente cursa un grado en música en la Universidad Internacional de La Rioja.
Entre 2000 y 2010 fue director de la capilla de música de El Salvador y Santiago en Cuenca.
En 2017 dirigió la grabación del disco “Las doce ya están sonando”, con composiciones de temática navideña de autores conquenses.
Es organista de la Capilla del Real Hospital de Santiago en Cuenca desde 2010 y organista auxiliar de la Basílica Pontificia de San Miguel en Madrid desde 2018, templos en los que desarrolla principalmente su actividad, en solitario o acompañando a distintos cantantes y grupos corales.
Colabora habitualmente como organista con el Coro del Conservatorio de Cuenca y el coro de voces blancas del Proyecto Agalma.
Es miembro fundador del conjunto Implexis melodiis, dedicado al oratorio de los periodos barroco, clásico y el romántico, con el que ha participado en diversos recitales de canto y pequeño grupo de cámara.
Jaime González-Sierra Moreno
Nace en 1997 en Madrid. Forma parte de la Escolanía del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial entre 2006 y 2016, comenzando allí los estudios de piano y canto coral y acompañándola como organista en numerosas ocasiones.
Realiza los estudios de grado profesional en el Conservatorio Arturo Soria de Madrid con Anselmo Serna y Carlos Arturo Guerra. Finaliza sus estudios de Grado Superior de Órgano en la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc) con los maestros Óscar Candendo (órgano) y Juan de la Rubia (improvisación). Participa en diversos cursos y atiende clases magistrales con Olivier Latry, Pieter van Dijk, Jürgen Essl, Roberto Fresco, Mónica Melcova, Roland Dopfer, Javier Artigas, Esteban Landart y Rui Soares, entre otros. Recientemente, ha sido galardonado con el Segundo Premio en la V Edición del Concurso Nacional de Órgano Francisco Salinas.
Como solista, ha actuado en diferentes lugares de la geografía española, así como en ciclos y festivales como Bachcelona, Cicle d’ Orgue Josep Soler de Villafranca del Penedés, Ciclo Correa de Arauxo de Segovia o el Ciclo Els Orgues de Catalunya.
Ha colaborado con distintas agrupaciones como son La Caravaggia, la Camerata Antonio Soler (grabando un CD de villancicos inéditos del Padre Antonio Soler), la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca, el Cor Francesc Valls, el Coro de Voces Graves de Madrid, la Camerata Musicalis, la Coral Anuba, el Ensemble Timpanum, Handel Oratorio Society, Acadèmia 1830, Lorem Ipsum, Cayreles, o la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares, así como bajo la dirección de directores como Federico Maria Sardelli (Modo Antiqvo). Junto a la percusionista Ana Nicolás de Cabo, crean el Ensemble Tubos y Panderos, una formación abierta que busca explorar y repensar el repertorio de la Península Ibérica de los siglos XVI y XVII, llevando su proyecto a festivales como Espurnes Barroques.
Actualmente es organista de la Basílica Pontificia de San Miguel, en Madrid, y toca regularmente en el órgano Cavaillé-Coll de la Cripta de la Sagrada Familia de Barcelona.
Sus estudios musicales los compagina con su formación como historiador, finalizando el Grado en Historia en la Universidad Complutense de Madrid en 2019.
CONCIERTOS DE ÓRGANO
Grabados en vivo, se presentan fragmentos de algunos conciertos celebrados en la Basílica desde octubre de 2018. Aquí se publican las obras más relevantes interpretadas.
El resto se encuentran en el canal Youtube de la Basílica, con el consentimiento de los intérpretes: cada concierto es una lista del Canal, que contiene todas o parte de las piezas musicales.
CONCIERTOS DE MÚSICA SACRA
Cuidando siempre las disposiciones de la Iglesia Católica sobre los conciertos de Música sacra en las iglesias abiertas al culto, en la Basílica de San Miguel en Madrid se acogen varios conciertos de música sacra a lo largo del año. Entre ellos, conciertos con el Gran Órgano de la Basílica.
En ningún caso se interrumpen los actos de culto y la administración de sacramentos habituales en el templo.
Son un servicio para creyentes y no creyentes, que encuentran remansos de paz en medio de los ajetreos y tribulaciones que les rodean, porque la Música tiene un papel insustituible en la vida de las personas. Es un lenguaje necesario para el desarrollo de la armonía emocional.
En el canal Youtube de la Basílica se pueden disfrutar fragmentos en dos listas: “El Órgano de la Basílica” y “Conciertos de Música Sacra”.
MEDITACIONES MUSICALES
La “Meditación Musical” no es la lectura meditada y pausada de un texto, acompañada de una buena música de fondo, en medio de una Adoración de la Eucaristía. No. Eso sería un recital de textos sagrados acompañado de música.
La fuerza de la palabra la tiene la música y su lenguaje de resortes ilimitados. Los textos se eligen después de las composiciones musicales. Tanto el texto musical como el escrito, son breves (más amplio el musical). Tras una breve introducción del sacerdote, hay una sucesión rítmica que deja hablar primero a la música: música – silencio – texto – silencio – música…
Al final, unas breves palabras del sacerdote, en continuación con el hilo de los dos lenguajes, que desea hacer caer en la cuenta de que ha sido el Espíritu Santo. Lo expresa muy bien el testimonio de dos participantes, unidos ahora en un solo texto:
“La música evoca emociones… Lo bueno es que a cada uno le evoca emociones distintas. Quizá hace mas fácil el ponerse delante del Señor y abrirle el corazón.
Eso pasa también con otro tipo de música, a la que acompaña la letra de la canción. Pero le falta algo: ya no es adorar en silencio porque, de alguna forma, la letra marca la conversación y “define” los sentimientos y emociones. No deja tanta libertad.
Con la música clásica, no. Ella no lleva la dirección de tu conversación. La lleva cada persona, o Dios mismo, no sé. No creo que sea algo para todos los días, pero hay ocasiones que lo merecen. Para alabar mejor a Dios y para escucharle desde los más hondo de nuestro yo”.