VIDA CRISTIANA
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
En el “viaje de la vida”, todos necesitamos quien nos acompañe para que el camino sea más andadero, para que podamos afrontar los posibles obstáculos con un equipo libremente elegido, para tener ayuda siempre que la necesitemos. Si se trata de recorrer el camino hacia el corazón de Dios, de alguna manera hemos de percibir que quien elegimos para que nos acompañe está cerca de la intimidad de Dios.
Los protagonistas de la existencia somos cada una y cada uno de nosotros, nadie nos puede suplir en las decisiones ni en las actuaciones.
Sin embargo, los grandes proyectos -y nuestras vidas son, sin duda, uno de ellos- necesitan del consejo noble y sincero, que facilita las decisiones acertadas. No del maestro al discípulo –“uno solo es vuestro maestro”, dice el Señor- sino una relación entre buenos hermanos, donde el mayor entrega al pequeño lo mejor que tiene, por si quiere libremente aceptarlo y le ayuda.
MEDITACIONES MUSICALES
La “Meditación Musical” no es la lectura meditada y pausada de un texto, acompañada de una buena música de fondo, en medio de una Adoración de la Eucaristía. No. Eso sería un recital de textos sagrados acompañado de música.
La fuerza de la palabra la tiene la música y su lenguaje de resortes ilimitados. Los textos se eligen después de las composiciones musicales. Tanto el texto musical como el escrito, son breves (más amplio el musical). Tras una breve introducción del sacerdote, hay una sucesión rítmica que deja hablar primero a la música: música – silencio – texto – silencio – música…
Al final, unas breves palabras del sacerdote, en continuación con el hilo de los dos lenguajes, que desea hacer caer en la cuenta de que ha sido el Espíritu Santo. Lo expresa muy bien el testimonio de dos participantes, unidos ahora en un solo texto:
“La música evoca emociones… Lo bueno es que a cada uno le evoca emociones distintas. Quizá hace mas fácil el ponerse delante del Señor y abrirle el corazón.
Eso pasa también con otro tipo de música, a la que acompaña la letra de la canción. Pero le falta algo: ya no es adorar en silencio porque, de alguna forma, la letra marca la conversación y “define” los sentimientos y emociones. No deja tanta libertad.
Con la música clásica, no. Ella no lleva la dirección de tu conversación. La lleva cada persona, o Dios mismo, no sé. No creo que sea algo para todos los días, pero hay ocasiones que lo merecen. Para alabar mejor a Dios y para escucharle desde los más hondo de nuestro yo”.
UNOS DÍAS DE RETIRO ESPIRITUAL
San Juan Pablo II afirmaba que hacen falta cristianos que sean
“expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios. Para eso se necesitan nuevos santos (…). Debemos suplicar al Señor que aumente el espíritu de santidad en la Iglesia y nos mande nuevos santos para evangelizar el mundo de hoy”
El ritmo de los acontecimientos nos introduce fácilmente en una espiral de ruido y ajetreo, que hace difícil pararse a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestra vida cristiana, para preguntarnos: ¿qué me falta?, ¿qué o quién puede dar sentido a mi vida?
Es como descubrir un vacío que la abundancia de cosas no logra colmar. Los ríos afluyen al mar y, sin embargo, el mar nunca rebosa, dice la Biblia. Como nosotros: nunca llenos del todo. El corazón del ser humano es un espacio que nunca acaba de sentirse plenamente satisfecho. ¿Qué necesita?
La soledad y el silencio nos permite descubrir nuestro mundo interior, la imagen y semejanza de Dios que hay en cada una y cada uno de nosotros. Y son imprescindibles para aprender a escuchar la voz de Dios y poder luego continuar nuestra conversación con él en medio del ajetreo en el que tantas veces vivimos.
“Conocer a Jesucristo, darlo a conocer, llevarlo a todos los sitios”. En esta sencilla frase expresaba San Josemaría Escrivá la quintaesencia de toda labor evangelizadora. Luego, “cada caminante siga su camino”, el que Dios le vaya mostrando y por donde hemos de caminar al paso de Dios, no al de los hombres. Guiados por el Espíritu Santo, dejándole actuar en nuestra existencia.
Conocer y amar a Jesús, conocernos a nosotros, hacernos capaces de amar de verdad a los demás: tres cosas fundamentales en las que merece la pena invertir una pequeña parte del tiempo de nuestra vida, con la ilusión de mejorar –como lo hicieron los cristianos de los primeros siglos- el mundo en que vivimos.
Se facilitan retiros espirituales breves en la Cripta de la Basílica o de viernes a Domingo en un lugar adecuado y tranquilo. Se anunciarán oportunamente en la Agenda de esta web.
OFRENDA DE LOS NIÑOS A LA VIRGEN
La Virgen María es Madre nuestra. Es una suerte compartir madre con Dios.
Ella y San José llevaron a Jesús al Templo de Jerusalén para presentárselo al Señor. Al ofrecer los hijos a la Virgen se le ruega no sólo que los cuide, sino que los presente personalmente a Dios.
En la Misa Mayor de la Basílica, se ofrecen los hijos antes de las ofrendas del pan y del vino, mediante una sencilla oración que rezan juntos los padres.
Al final se podrá recoger en la sacristía un recordatorio personalizado si los padres han enviado previamente el nombre y apellido de sus hijos.
Más información: secretaria@bsmiguel.es
Las fechas en que se realizará esta ofrenda se anunciarán en la Agenda de la web (enlace):
* Febrero: Domingo cercano a la Presentación del Señor (día 2)
* Marzo: Domingo cercano a la solemnidad de San José (día 19)
* Mayo: Domingo “Día de la Madre” (primer domingo)
* Diciembre: Solemnidad de la Inmaculada Concepción (día 8)
BENDICIÓN DE LAS NUEVAS FAMILIAS
Al terminar el año, en el día de la Fiesta de la Sagrada Familia, se bendicen las nuevas familias: las que han celebrado su matrimonio en la Iglesia a lo largo del año que termina, cualquiera que haya sido el templo donde se hayan casado.
Nos gustaría reservar los bancos necesarios para quienes participan en esta Bendición. Será posible si nos avisáis: secretaria@bsmiguel.es.
La fecha y hora se anunciará en la Agenda de la web.
ACTIVIDAD SOLIDARIA
Más allá de los grupos y asociaciones organizados con los que se colabora, y de la actitud personal solidaria de las personas que es incontrolable, en la Basílica Pontificia de San Miguel están en marcha dos cauces habituales:
* “Panecillo Solidario”: los terceros domingos de cada mes, a la entrada y salida de las Misas de la mañana estarán presentes un grupo de voluntarios para recoger alimentos no perecederos y útiles de aseo, o bien dinero para comprarlos. Se distribuyen después entre familias necesitadas por los cauces habituales.
* Diputación de Caridad (Hermandad de los Estudiantes): colabora con distintas entidades, dando cauce a las inquietudes solidarias de los hermanos y sus familias y también a las de las personas que frecuentan la Basílica.